sábado, 1 de septiembre de 2007

Carta a los Privilegiados

Gente con buena alimentación, bien educados, conocedores del mundo y sus diversas realidades, personas con potencial, seguros de sí mismos y que llevan una vida apacible, les tengo que decir algo: me preocupan.
Si me dirigo a ustedes es porque son un grupo privilegiado y les corresponde hacer lo suyo, ojo que mi intención no es perseguirlos, sino más bien cuestionarlos. El tiempo avanza y permanecen estériles, como si una melosa capa de aceite hubiese cubrierto su cerebro aplacando su inquietud y sus ansias revolucionarias. No creen en los ideales, ni sueñan con un horizonte de prosperidad para todos, en cambio, prefieren acomodarse en un sillón bien acolchado donde sólo caben ustedes mismos. Deben disculparme quienes no se sientan identificados con esta caricatura, pero no me puedo referir a cada uno por separado, debemos tratar estos temas como una familia.
Nos damos cuenta que somos parte del mismo sistema y que inexorablemente avanzamos hacia un destino en común, y así ha sido siempre, desde que empecezamos formando tribus aprovechando la ventajas de permanecer unidos. En nuestros tiempos es cuando la ausencia de objetivos comunes se torna preocupante, es ahora cuando podemos generar un punto de inflexión en la humanidad cambiando la forma de concebir nuestras vidas. Hace más de 2000 años pocas personas llegaban a comprender la importancia de la cooperación y coordinación, mientras la religión (personificada en varios profetas) intentaba difundir un mensaje... de cómo el amor podría cambiar el mundo y nuestros corazones. Ha pasado algo de tiempo, y nuestra capacidad para compartir ideas se ha visto incrementeda infinitamente, lo que por desgracia no sido reflejado en la práctica. Es ahora, cuando somos concientes y capaces, que debemos cambiar nuestro rumbo. ¿Hacia dónde debemos avanzar? eso es precisamente lo que debes preguntarte.

Nuestro entorno proclama la "encarcelante" individualidad del ser humano. La libertad pareciese encarnarse en un primate enorme que hace y come lo que quiere, enfrascado en una lucha constante por aumentar su propio bienestar. Pues no. La libertad es mucho más que eso, representa las ganas de ser feliz en un sentido amplio e integrado, alcanzando una conexión estrecha con el espiritú de todas las cosas (incluyendo también el espíritu propio). Todo comienza con sólo un paso; un simple "click" en la forma de entender el mundo y ya habremos hecho gran un aporte.

No pretendo que este mensaje resulte difuso, hay formas concretas de lograr algo que parece utópico. Primero, hagan una pausa y no piensen en nada. Una mente tranquila y sin necesidades es vital para poder escuchar al resto del Ser. Intenten sentirse dentro y fuera de sí mismos, percibiendo la realidad que está por todas partes y que es suya. No sientan miedo a la incertidumbre, es mejor tenerle confianza y respeto. Segundo, sigan por su camino en particular. Cada cual tiene uno en especial, la gracia precisamente está en descubrirse.

Mi sueño es que avancemos todos juntos como sociedad, queriendonos como somos, luchando siempre por nuestra libertad. Espero poder caminar con ustedes, espero poder vivir la revolución que nace y nunca muere.