miércoles, 12 de diciembre de 2007

Chris Cornell en Chile - What a Hell of a Concert!


Todavía me hacen falta las palabras para describir un momento que resultó ser perfecto. Las fuerzas mágicas de la naturaleza rockera confluyeron en el mismo espacio-tiempo para brindarme el néctar de esos portentosos guitarreos, acompañados de esa salvaje batería y fabulosos versos de un rockstar inmortal. Al final todo se resume en su nombre: "Cornell".

Todo antes del concierto resultaba estresante, agobiante. El par de vasos de cerveza que tomé en la previa con unos amigos resultaban paralizantes, ese efecto del alcohol fermentoso lo único que provocaba en mí era una intensa arritmia cardiaca... Luego, presuroso, tomé la gloriosa entrada en mis manos y fui a buscar a mi polola que también estaba tensa, esperándome. Hubo gritos, cosas inexplicables y más estres. Para hacerme las cosas aún más dificiles me encontré con un tremendo taco en Av. Vitacura, y después en Vespucio la misma cosa. Al final, llegamos sufriendo al templo Espacio Riesco, donde se presentaría la leyenda viviente de los '90.

Primero tocó The Dandy Warhols. Mal hecho. El público los hizo mierda a silbidos, nadie saltaba y fueron pocos los aplausos que se escucharon de los espectadores más agradecidos. Su música parecía demasiado mimosa y "alternative" (algo indie) como para la ocación, The Dandy buscaba la aprobación de un público algo más juvenil y cool, lo cual escaseaba notoriamente entre los asistentes. Tocaron por mucho más tiempo de lo que cualquier fanático del grunge estaba dispuesto a aguantar. Phoenix entendió la indirecta y nisiquiera apareció, ahorrose una humillación mayor.

El tiempo transcurrió lento, mientras veía como desarmaban y armaban el equipo, escuchaba las puteadas destinandas al típico pelado que arregla los cables, mientras yo abrazaba a mi princesa rockera, tratando de compartir el esperado momento.

Y nos llego la hora (21.10hrs, para ser exactos). Entra el grupo al escenario y woooom, todos empujan freneticamente hacia delante, así en cosa de segundos avanzamos algunos metros hacia el escenario. El concierto partió potente, como corresponde, todo el mundo eufórico luchando codo a codo por acercarse otro poco a la reja. Era para no creerlo, olas de personas revenataban contra mí al son de la música, cada vez más apretados, sin aire que respirar... en lo posible traté también de amortiguar los golpes a Mariana, pero debo admitir que fue poco lo que pude hacer ante semejante bestialidad. El potente sonido estaba haciendo delirar a todo el mundo.

Fue lindo mientras duró, cabezeos iban y venian, el sudor era intoxicante, los coros eran gritados desgarrando cuanta garganta se atrevía a pronunciarlos ¡Era el glorioso infierno del rock!. Mientras yo, despedazado por la música y mis camaradas, me transformaba en un zombie. Poco a poco dejé de cantar para poder respirar, mientras intentaba mantenerme (y mantenerla también) de pie a toda costa. Pero tanto sacrificio tuvo un limite, y nos terminamos saliendonos de aquel núcleo martirizador de almas.

Sólo fue necesario retroceder unos cuantos pasos para volver a sentirnos dignos, lo cual era grandioso, porque seguíamos practicamente al lado de los músicos. El éxtasis era incontrolable. Totalmente impensado y emocionante era estar escuchando temas de Soungarden en vivo, pero lo que precedió resultó ser aún más increíble y fervoroso, fue así como sentí en todo mi cuerpo "Hunger Strike" de Temple of a Dog, eso si era un sueño hecho realidad. Todo el maldito estadio coreaba con todas las fuerzas la parte que correspondía a Eddie Vedder, mientras Chris hacía lo suyo. Estaba practicamente con espuma en la boca, saltando como si el espíritu santo me hubiese poseído, ajajaj, ¡qué felicidad!.





Como si aquello no era suficiente, un complemento perfecto del rock llega a mis dedos. Se trataba del nunca bien ponderado pito de cogollo natural. Fumé tranquilo, sintiéndome profundamente acompañado por la hermandad grunge. Raro o no, nunca supe bien que tanto efecto me hizo dichosa sustancia, porque ya estaba como drogado desde que había comenzado el concierto. Las canciones pasaban y la intensidad seguía firme, yo me preguntaba si la verdadera intención de Cornell era matarlos a todos de cansancio. Pero no. Luego de alrededor de 40 minutos de puro rock, y alrededor de 3 litros de sudor transpirado, cambiamos las guitarras con distorción por el dulce sonido de una guitara acústica.

Y denuevo era para no creerlo, que leyenda. Como Pedro por su casa nos cambió de onda, recordándonos que no sólo se trataba de un viejo con alma grunge (y es que ya tiene 42 años), sino que viene hace tiempo haciendo un profesional y algo más calmado trabajo como solista. Para bien, tocó temas de Led Zeppellin y Micheal Jackson. Así, el ambiente se tornó ultra relax, pero a la vez todos seguían prendidos con el repertorio, cantando más fuerte que nunca. Les dejo uno de esos momentos, en el video a continuación pueden escuchar cómo se coreaba "Like a Stone".



Después de la sesión acústica reanudó con fuerza. Le dedicó "Zero Chance" a un fan en el aeropuerto, quien le pasó el listado completo de sus canciones sólo con esa marcada, lo cual debió haberle parecido a Cornell algo muy chistoso. Ya presentía yo que iba a tocar "Rusty Cage", imposible dejar afuera semejante himno y la tocó just in time. Y bueno... el público estaba totalmente entregado, la estabamos pasando muy bien y no se le veía termino definido a la reunión musical. El ambiente era maravilloso, daba para saltar, quedarse quieto, gritar todo el rato, o simplemente callarse y dirfrutar, fue una experiencia mística que sólo cada uno de los ocho mil espectadores de aquella noche puede describir. Al escuchar "Black Hole Sun" fue como recibir un nuevo golpe energético, mientras me repetía a mi mismo "no lo puedo creer, este es el mejor concierto de mi vida". De nuevo estaba eufórico, listo como para otras dos horas de cabeceos.




El final del concierto fue de lujo. Se dieron el tiempo para improvisar y mezclar temas, se escucharon unos riffs impresionantes del guitarrista, y un sólo power del batero. Todos entendíamos el regalo que estabamos recibiendo. El intenso ambiente de regocijo, al casi al completar tres horas de concierto, se sentía en todo Espacio Riesco. ¡Sí señor, casi tres horas de concierto!. Así el dulce nectar de del rock terminaba con una entrecortada versión de "Whole Lotta Love", en homenaje al reencuentro que Led Zeppellin hacía en el viejo continente. Todo ya había terminado.

Con el corazón hinchado, y con un pájaro cantanto en el pecho, salí victorioso de aquel recinto. Tendré que recordar encender una velita cada 10 de diciembre ahora en adelante. El camino a casa fue lo de menos, con los oídos tapados y en un solemne silencio me dirigí lentamente (por culpa del taco) a mi hogar junto con Mariana, mientras conversabamos acerca de los por menores de tan magno evento. A modo de premio, tenía en el auto una polera seca de repuesto, la sabiduría rockera siempre ha recomendado tenerla. En fin, nada pudo opacar la estupenda actuación de aquellos músicos, ni la pésima acústica del gimnasio Riesco (mal lugar para la música de calidad), ni el nauseabundo culto al ego de CC (como le llaman sus groupies a Cornell). Había sido una noche espectacular, y que bueno compartirlo con esa alguien que amo.

------Listado de Temas-----
Primera Parte:
Sunshower Intro, Let Me drown, Outshined, Spoonman, Show Me How To Live, Hunger Strike, No Such Thing, You Know My name, Fell On Black Days, What You Are.
Acústico y solo:
Finally Forever, Put A Spell On You, Billy Jean, Thank You (Led Zeppelin), I Am The Higway, Like A Stone, Doesn’t Remind Me.
Segunda parte:
Band Jam, Cochise, TY COBB, Zero Chance, Rusty Cage, Be Yourself, Out Of Exile, Arms Around Your love, Black Hole Sun, Jesus Christ Pose.
Tercera parte:
Cant Change Me, Burden In My Hand, Seasons, In My Time Of Dying (Led Zeppelin), Slaves And Bulldozers, Drum Solo, 4th Of July ( I think, I cant remember), Whole Lotta Love (Led Zeppelin).