martes, 1 de julio de 2008

Sobre el aborto. Pensamientos.

Primero quiero dejar bien claro que no me considero "provida", aunque tampoco soy un ferviente defensor del aborto y de los supuestos derechos de la mujer. Y lo que pasa es que las visiones extremas tienden a presentar fallas debido a una verdad sobrerrepresentada, y por ende sesgada de lo que significa Ser Humano. Con esto dicho, podemos empezar el debate.

El aborto se define básicamente como la matanza de un feto. Entonces surge la pregunta, ¿Es beneficioso para la sociedad permitir a las mujeres abortar? Nótese que he definido la pregunta en un contexto político y contemporáneo. Para responderla debemos analizar a los principales afectados, y luego hacer un juicio ético.

La mujer es la que tiene el mayor grado de poder en tomar la decisión de un aborto. Al final, son ellas las que deciden qué hacer. Por un lado, tienen sus derechos relacionados con la libertad, que las faculta a hacer lo que quieran con sus vientres, pues se entiende que el feto de un homo sapiens es en términos técnicos muy parecido a cualquier otro del reino animal, y por ende, no tienen derechos propios al estar muy lejos de lo que significa ser Humano. Recordemos que un ser es humano sólo a través de la interacción con otro ser humano, en caso contrario, sólo sería un primate de la clase sapiens. Aún así, podriamos tener consideraciones especiales. Incluso matar a un animal es un acto cruel, debido a que estamos engendrando gran dolor. Por lo tanto, los abortos realizados cuando el feto logra desarrollar su sistema nervioso, representan una crueldad con la cual estamos familiarizados, pudiendo así empatizar con la protección de los fetos. Antes de esto, especialmente en las etapas tempranas del desarrollo fetal, cuando el óvulo mide lo mismo que una semilla de sésamo, es casi imposible generar un vínculo emocional real. Más trágica sería la muerte de una hormiga, seamos claros en esto.

Pero, íncluso el argumento del sistema nervioso no es lo suficientemente fuerte. Millones de animales son exterminados para el beneficio de algunas personas, y no existe mucha gente que se oponga. Además, desde un punto de vista social, los fetos (en caso de nacer) se convertirían en niños con un alto nivel de riesgo social al no ser deseados por sus madres. La gran mayoría de ellos se convertirán en drogadictos, delicuentes o narcos, es decir, serán probablemente la futura lacra social.

¿Pero, y los argumentos "provida" no tienen alguna validez? Lamentablemente, la mayoría estan relacionados con alguna religión, sin siquiera ser filtrados por un acto reflexivo que no considere la fe como elemento fundamental, lo que les resta mucho mérito. Aún así, para mi la vida sí tiene valor... después de todo, estoy vivo y no esta dentro de mis planes suicidarme. Siento la vida dentro de mí, y respeto la que esta afuera, pues entiendo que otros seres quieran seguir disfruntando lo que hoy disfruto yo. Con esto no pretendo ser majadero, tan sólo dejar un precedente de que la vida es preferible a la muerte. Tan sólo eso y nada más.

Las madres también quieren seguir ejercitando su derecho a segiur viviendo, a disfrutar su vida, a no dejar de vivir. Lo que pasa es que la vida es un concepto que va mucho más allá del simple "fin del camino", no es una dicotomía vida-muerte, más bien pareciera ser representada como la energía de los sistemas conscientes. Pareciera entonces que las madres tienen un derecho efectivo de abortar, pues no hay argumentos suficientes como para detenerlas. Dije, pareciera. Pues esta conclusión sólo sería correcta en un mundo en dónde sólo existieran madre y feto, lo cual se aleja un poco de nuestra construcción de la realidad.

Se nos olvidaba alguien... el resto de nosotros, todos juntos representados por "la Sociedad". ¿Somos nosotros afectados? Y si fuese cierto, ¿Esa madre tendría con nosotros una obligación moral?. Pues yo digo que alguna vez todos fuimos "proyectos" de persona, esto es algo innegable. Ahora bien, si pudieramos elegir nacer o no nacer, si existir como sociedad o no existir, lo más probable es que elijamos las primeras opciones, que vienen respaldadas por una fuerte evidencia empírica. Aún estamos acá. Incluso me aventuro afirmando que todas las personas, sean ricas o pobres, virtuosas o viles, están agradecidos de la posibilidad de experimentar la vida.

En este sentido, considero justo que se asegure a todos los seres humanos la capacidad de vivir, sin privilegios de una clase sobre otra. Esta capacidad está relacionada con la igualdad en los derechos, la cual considero un valor de orden superior al deseo egoísta de terminar, por necesidad, con una vida. Me explico a continuación. La razón de esta afirmación se sustenta en la degradación humana que sufre el "aborto nacido". Imagínense nacer azarosamente de una madre que no deseó tenernos. Nos convertiría inmediatamente en material desechable, en abortos vivos, que por coincidencias no fueron eliminados. Seres no dignos de nacer, a los nadie importó si llegaban o no a la meta, a diferencia de los otros, los amados, los que siempre merecieron existir. Con la aprobación del aborto seguiremos fomentando la segregación y el desamor ¿Cómo le podremos explicar a estos niños, adultos y ancianos, que realmente es posible sentir amor por el prójimo? ¿Cómo podríamos hablar de cariño y afecto incondicional? ¿Y la dignidad, para qué vivir en un mundo que se cuestiona si bienvenirnos o eliminarnos? Y es que todos fuimos fetos alguna vez...

Lo que sucede es que la sociedad propicia la educación y desarrollo esa madre, es decir, nosotros somos parte de la conspiración en contra de este "proyecto" de persona, que aún no "es", pero que sí "fue" cada uno de nosotros. Somos en parte responsables por ese feto, que además de ser un pedazo de carne, representa lo que alguna vez fuimos. Ese respeto a nuestro pasado es indispensable para amar nuestra propia escencia, y amarnos entre nosotros. La desdicha del mundo es la falta de amor, y no considero conveniente seguir incrementando esta triste realidad. No es que sea una persona sensible, sino sólo consciente del significado de las cosas.

Entonces, creo que la madre tiene la obligación moral de responder ante nosotros, pues somos los afectados en ese acto cruel. Sí cruel, porque lo que se busca es imponer la indolencia, la individualidad y la negación de nuestra propia naturaleza. Nosotros, la sociedad, no restringimos activamente el desarrollo de la sexualidad, incluso la fomentamos mediante el uso de mecanismos de anticoncepción. Brindamos herramientas, advertimos sobre los riesgos, incluso ofrecemos hacernos cargo del recién nacido (mediante la adopción), dando una esperanza a estos niños, una oportunidad que dentro de todo, sigue siendo una oportunidad.

No caben aquí otras consideraciones que podrían ser expuestas, y que no se dan por falta de tiempo (como la del inicio de la vida, y los nueve meses de embarazo). Así como ningún caso particular es generalizable, es de especial importancia el contexto en el que se dan los abortos. Las madres no son criminales. Tan sólo son personas con temores, deseos y necesidades propios de personas. En conclusión, no es preponderante definir qué tan importante es la vida, sino que basta con decir que es preferible a la muerte. Con esto, aseguramos un punto de partida para la manifestación del amor que la sociedad siente hacia los recién nacidos, y por ende, a los no-tan-recién nacidos.