miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿Quién quiere ser feliz?


Hablar de generalidades es un pérdida de tiempo. Es una lástima, pero no existen reglas universales para nosotros los hombres, estamos sentenciados a vivir dentro de la estrechez de nuestros sentidos.

¿Quien quiere ser feliz?

Otra pérdida de tiempo... eso de querer ser feliz demuestra una ansiedad interna. Es una búsqueda fracasada en sí misma. Esa arrogancia de saber lo que necesitamos para ser felices, y no nos damos cuenta de que esa necesidad la compramos todos los dias, en la TV, en la Iglesia, con nuestros padres y amigos... Vivimos enredados en la "forma", en el sentido estético de las cosas cuando realmente nos hace falta observar la vida con mayor detención para captar lo valioso. No es que necesitar cosas este mal, es algo natural a mi entender, lo malo radica en la ceguera consumista de bienes y estátus. Uno simplemente se siente feliz a veces, lo cual es muy bueno, pero pretender vivir en un estado de satisfacción constante es algo inútil e irreal. Para mi por lo menos no tiene sentido, es como decir que nunca nos falta nada, aún cuando estemos pasando por alguna pena o tristeza auténtica. Rechazamos tanto esta idea de "infelicidad", que no nos permite crecer de experiencias dolorosas, cayendo irrevocablemente en la superposición de una emoción tras otra y otra y otra.

Esto no es un consejo para ustedes, no tengo idea de la vida que llevan, su forma de ver el mundo o sus experiancias. Es sólo una opinión, es sólo algo que pa mí es demasiado claro. Dentro de la intelectualidad todo es relativo, pero esto no ocurre en el sentido espiritual. El alma esta conectada con lo verdadero, con nuestra escencia, con la energía viviente del universo, con lo palpable, con lo que somos.

Este saber me ha cambiado profundamente, especialmente en la forma que siento las cosas. Sigo siendo el mismo por afuera, el mismo idiota en medio del caos, pero que desde hace algún tiempo esta digiriendo las experiencias de manera diferente. De la misma forma que ignoro por qué estoy escribiendo estas intimidades en un blog (qué se yo quién me leerá), tampoco se por dónde comenzó esto de la expansión de las dimensiones del ser (por llamarle de alguna manera). Nadie nunca me ha dicho las cosas que pienso, a pesar de todos los boicots a los que sido expuesto. Por ejemplo, nunca me agradó la rigidez moral de las instituciones religiosas con sus pecados y mandamientos, las cuales creo están hechas para otro tipo de gente, pero no para mí. Luego, tampoco me convenció la esterilidad del ateísmo (concebido como la "no-creencia"), pues su burdo pragmatismo se me hacia intolerable. Es así como empezé a aprender de las cosas, o de mí al final de cuentas. Ahora sé que la espiritualidad puede prácticarse sin estar atado a un credo en particular.

Al principio del camino, experimenté dolor al darme cuenta de que vivía la no-vida de un robot. Era un pedazo de individualidad sin la capacidad de amar. Fuerte. Nunca quise darme cuenta de algo obvio. Reconozco que bajé las revoluciones de mi ritmo de vida dramáticamente, simplemente porque no estaba en control. Otras cosas pasaron, y denuevo me di cuenta de lo limitante que resultan las emociones, simplemente no podemos escapar de ellas... hay primero que convivir con estas, acogérlas, y luego intentar domesticarlas... y esto es lo único que se me ocurre al respecto. Es una purificación de las energías. Algo como, cuando sientas basura dentro de tí, primero encuentrala y luego recíclala, así con suerte podrás obtener algo valioso.

Quiero aprender.

Es difícil aprender, porque el proceso nunca acaba, siempre podremos darnos cuenta de que estabamos algo equivocados antes. Lo que en un momento se sintió verdadero, ahora parece simple y acotado. Y es que cuando uno se aleja de la negación constante, encuentra la que el significado de las cosas crece y cambia todo el tiempo. Al final, la vida no tiene sentido "per se", uno por si mismo se lo tiene que dar.

Imagínense lo siguiente, uds. son alfareros y estan moldeando un jarrón de cerámica en una rodadela, dándole formas especiales que los hagan sentir bien. Pero cada vez que han logrado su objetivo, se dan cuenta que podría verse mejor de otra manera. Antes que desalentarse al percibir que el jarrón podría no estaría "listo" nunca, reconocen en uds. la alegría que representa ser un alfarero, y de lo preparadas que están sus manos para seguir trabajando. Entonces, cuando esten viejos y ya no puedan trabajar, más me gustaría ser como ustedes; disfrutando de largas tardes con un tibio té y bajo cálido sol; aún pensando que el jarrón pudo ser mejorado.

Es tarea dificil dejar de lado los cuestionamientos, pero con valor debemos asumir el aprendizaje para que más que esclarecedor, sea transformador. Es así como terminaremos viviendo sin caretas, más cercanos a lo escencial. Es un desafío personal, y no tengo idea a dónde me llevará, sólo quiero hacerlo.

Espero ser aquél alfarero.


pd. Hace tiempo no escribia algo... lo que pasa es que tenía la cabeza ocupada en otras cosas. Espero volver a subir otra cosa pronto.