lunes, 28 de enero de 2008

Represas en la Patagonia: La firme

Es un tema peligudo, por decir lo menos.

Sucede que Endesa quiere construir cuatro represas situados en el Río Baker y Río Pascua. Tienen apoyo del Gobierno (hasta ahora) y de la SOFOFA. Intentarán materializar un proyecto enérgetico de 4 mil millones de dólares, que cuadriplicaría la energía entregada por la central Ralco. Todo se traduce en energía barata y en un proyecto país que rendiría sus primeros frutos para el 2015. La postura política del gobierno es clara: mayor crecimiento, mayor empleo y menor pobreza.

Pero obvio que no todo es tan maravilloso. Esa zona de la Patagonia aún se mantiene prístina, y posee defensores poderosos que estan dispuestos a protegerlas integramente. Se respaldan en una base ideológica potente, aseguran que lo que está en juego es patrimonio de toda la humanidad, y las represas representan un crimen en contra de la naturaleza. El apoyo del exterior es gigantesco, por decir lo menos. Ecologistas de todo el mundo ponen una voz de alerta en cuanto al impacto ambiental de las megarepresas y el cableado que recorrerá más de 2.000km.

¿Pero que hay detrás de todo esto?

Dejemos las cosas claras. No existe NINGUNA política de protección ambiental por parte del gobierno, es más, lo que intentan hacer es incorporar a la Región de Magallanes al "Chile de Todos". No olvidemos el tremendo plan para pavimentar la carretera austral y así terminar con el aislamiento de las comunidades magallánicas. Tampoco olvidemos el tremendo impacto ambiental de las actuales empresas salmoneras que destruyen el lecho subacuático.

Y lo que sucede es que el tema medioambiental no es prioridad para un país emergente como Chile, tampoco existe una postura definida ni por los ciudadanos, ni por el gobierno. A mi me da un cuco tremendo que extranjeros vengan a defender sus propios intereses abogando en el atraso cultural-mediombiental de nuestra sociedad. Seamos o no trogloditas, tenemos derecho a pensar por nosotros mísmos el destino de NUESTRO patrimonio. Hay intereses escondidos en todas partes, no seamos ilusos, no sólo Endesa es perverso en su intento de llenarse los bolsillos con plata. Muchos de los que defienden la Patagonia tienen grandes extensiones de terreno que quedarán inundadas o cableadas; otros poseen las salmoneras más grandes del mundo, y verán su negocio afectado. ¿No se les ocurre de dónde han sacado tanto dinero para hacer la tremenda campaña alrededor del mundo? Figuras de talla mundial, como DiCaprio y Cameron Diaz, ya tienen agendada una visita a estas tierras.

Los ecologistas han dado propuetas en www.patagoniasinrepresas.cl, que a primera vista parecen muy alentadoras, pero que leyendo con mayor pausa no deja de ser una postura netamente ideologíca y super poco práctica, alejada años luz de nuestra realidad. Es realmente hermosa esa ideología, pero cuanto se nota que nace en la élite cultural de los países desarrollados europeos (e incluso cierta parte de estadounidenses). Simplemente aquellas propuestas nos quedan grandes, basándose en modificaciones en los hábitos de consumo energético y grandes subsidios para los sectores más necesitados. Demasiado ingenuos.

Admito que me dolería violar la pureza de esta zona. Pero más me duele permanecer ciego ante una inminente realidad. El consumo energético crece a tasas exponenciales y es la base del crecimiento economico, motor que nos permitirá en algunos años ser una sociedad equitativa y sin marginados sociales. Ese es mi sueño, un Chile despierto y comprometido.

Quizás sea el desarrollo que nos permita ver el mundo con el mismo enfoque que la recién mencionada élite ecológica europea, que no obstante, debió en algún momento priorizar el crecimiento económico por sobre otros asuntos para así llegar donde están. Despues de todo, en europa no existen ya este tipo de bellezas naturales y fíjense como tienen el mundo de contaminado.

Repito, me dolería ver como proliferán las muchas termoeléctricas con gases contaminantes, o la central nuclear que da escalofríos de sólo pensar en donde guardaremos los barriles con desechos radioactivos. Y lo peor es que seguiriamos siendo dependientes del gas, del petróleo o del plutonio. Las hidroelectricas son una fuente de energía renovable y limpia.

Tampoco es para volverse locos en cuanto a impacto ambiental se refiere. Todavía existirán miles de kilometros protegidos, y el impacto ambiental se verá como una gota en un mapa, convirtiendose el antiguo río en un embalse. El problema radica en el valor que le concedamos a la preservación de esos particulares ríos (a la escenografía), que en efecto tan sólo un puñado de chilenos conoce.

Termino queriendo comunicar mi inquietud. No es posible que el país no haga público un plan de desarrollo sustentable en el ámbito economico, social y ambiental. Creo que se necesita una mayor claridad, ya que estos bochornos van a continuar, de eso estoy seguro. Obviamente, este caso no es comparable a la contaminación hecho por las plantas de celulosa, ni al mucho más grave problema de Pascua-Lama. Mantengamos las dimensiones del problema y generemos espacios de debate, y si de verdad pensamos que preservar la Patagonia es fundamental, estaré feliz con la decisión ciudadana, pues significará dar el primer paso para la "revolución verde" local, transformando los paradigmas inherentes de la actual visión de país.

La protección del medio ambiente es parte del desarrollo, pero no es lo único, y a veces hay que dar un paso atrás, para poder avanzar dos más adelante. Siendo sincero, y no un asesino de la vida, tan sólo pido un poco más de conciencia. No todo es blanco y negro. ¿Que me dicen si alguien dijiera que los cables se pueden pasar bajo la tierra? ¿Quién piensa en reducir el impacto ambiental, dada la construccion de las represas? Son interrogantes de las que nadie se preocupa. Sólo hace falta pensar un poquito.

martes, 22 de enero de 2008

¿Eres verde o social?

Hay cosas horrendas que están ocurriendo en este mismo instante. Sin duda es un deber de la humanidad intentar dar una solución para que no sigan pasando, especialmente aquellas donde somos nosotros los victimarios. Tantas cosas son las que se me vienen a la mente: matanzas, guerras, hambruna, calentamiento global, esclavitud, deforestación, contaminación, etc. Pero… ¿por qué nosotros deberíamos hacernos cargo? ¿De verdad hay gente que le preocupan esos temas? Pues sí, en realidad existen muchas personas con motivaciones tales como la supervivencia de la raza humana, justicia social, eficiencia en la utilización de recursos, amor a la naturaleza, sensación de culpabilidad, y otras tantas que nos incentivan a apoyar ciertos movimientos sociales.

Bueno, admito que lo expuesto en el párrafo de arriba no es nada novedoso, lo sé. Y que precisamente este discurso sea algo tan típico, es una dificultad para la comprensión de estos conflictos. Sucede que pensamos en blanco y negro, creyendo con toda certeza que la contaminación es lo peor, la guerra es lo peor, la esclavitud es lo peor, Hussein es lo peor… al final todo lo malo es lo peor. Entonces metemos todos estos problemas a un saco, y no nos damos cuenta que a veces tenemos que elegir entre solucionar un problema u otro. Asimismo, tampoco somos concientes de que existen diferentes grados de importancia, y que por eso debemos aprender a actuar con la cabeza fría. Es sencillo ser activista cuando sólo se mira una parte del problema. Creo que lo bello radica en ver el problema en su conjunto, establecer prioridades (usando cerebro y corazón), y luego actuar.

Esta idea comenzó cuando Mariana me dijo que se oponía rotundamente a la construcción de represas en la Patagonia. Yo le contesté que no me parecía tan mala idea, ya que sería una gran fuente de energía renovable y limpia. Ella contraatacó diciendo que deberíamos mantenerla virgen para las futuras generaciones. Entonces yo le dije que el impacto ambiental no sería tan grande comparado con la extensión del terreno, y que si el gobierno no conseguía energía por esos medios, simplemente construirían una planta nuclear con desechos radioactivos, o alguna otra central contaminante. Obviamente ella nunca pierde, y me dijo que tenía que haber otra solución, como otra represa en otra parte (o no sé que), y que construir una en la Patagonia sería lo peor. Al final descubrí que ella es más verde que social, y que yo soy más social que verde. Cada uno con sus perspectivas. Es genial no pensar igual, me encanta cuando descubro este tipo de discrepancias…

Hace algunos años, el señoreaje y la esclavitud era algo a lo que la sociedad no podía renunciar. Al fin de cuentas, incluso llegaba a ser útil para todos, unos mantenían su estándar de vida, mientras otros recibían comida y abrigo a cambio de trabajo. Algo similar es lo que ocurre hoy en día con el capitalismo, que es útil, pero que tiene algunas dolorosas contraindicaciones como la injusticia social. Al parecer, mientras no surja un nuevo motor del sistema productivo que sea más eficiente y digno tendremos que mamarnos la existencia de grandes transnacionales preocupadas sólo del lucro económico. Así uno se pone a pensar… quizás algunos problemas es mejor que se solucionen solos.

Y que me dicen de la pequeña y pobre isla de Tuvalú, que en algunos años estará sumergida a causa del calentamiento global. El punto más alto de la isla se ubica dos metros sobre el nivel del mar, lo cual será insuficiente para sobrevivir, quedando toda la isla anegada. ¡Y que culpa tienen ellos! Si los verdaderos responsables de las emisiones de CO2 son los países desarrollados. ¿Ustedes creen que indemnizarán a los pobladores de Tuvalú? ¿Les comprarán unas casitas chubi en la isla de “al lado”? Já!

Bullshit.

Ya sé cual es la pregunta que viene. ¿Y que puede hacer uno? La verdad, individualmente no mucho. Pero lo importante no es cuanto se haga, sino que se haga algo. Tener confianza en el efecto mariposa, por decir algo. Lo primero que tenemos que hacer es generar conciencia, todo empieza cambiando la forma de entender el mundo, generando consensos necesarios para efectuar los cambios. Y si eso no funciona, ahí vienen las protestas… y si eso no funciona, ahí vienen los atentados… hasta que irremediablemente acabemos en una guerra. Obviamente, la idea no es llegar a ese extremo, así que mejor dediquémonos a generar consensos. No es sólo comunicar pensamientos, sino también entregar emociones, entregar vida. Así, cuando a alguno de los nuestros le toque ser presidente de EE.UU., este mundo estará un poco más a salvo.