jueves, 12 de noviembre de 2009

La Evolución y el Sinsentido

Creo que en alguna cosa uno puede tener la razón, pero la verdad es que la razón no existe. ¿Acaso hay alguna finalidad lógica en los eventos del universo? Pues no, ya que la razón es un invento humano, una fantasía que satisface nuestras necesidades de coherencia, impulsada por el instinto básico de seguridad, de control. Nunca vamos a encontrar el porqué de las cosas buscando afuera, en lo externo, ya que la vida no tiene ningún sentido per se... el significado de las cosas las inventamos solamente nosotros, ya no me cabe duda sobre eso. Uno decide que creer.

Lo preestablecido es entonces algo sin ningún valor intrinseco, sin nigún significado, totalmente dominado por el caos, o si alguno quiere llamarle de otra manera, por el orden natural del universo. Es un poco triste darse cuenta de esto, pues es evidente el mal uso que hacemos de nuestra conciencia eleveda, utilizandola sólo para solventar nuestras necesidades más patéticas. Simplemente nos dejamos llevar por impulsos animales, preestablecidos y carentes de significado. Aborrecible es la manera en que tratamos de justificar todas esas pulsasiones, acomodándonos a lo dado, cobijándonos en impíos ensueños.

Es lógico (y un hecho) pensar que no he sido yo el primero en reflexionar sobre esto, no han sido pocos por decir lo menos. Entonces, mi pregunta ahora es por qué no ha florecido una cultura en donde el amor vaya por delante, palpitante, en una sociedad gozosa de armonía? ...y... en el próximo segundo la respuesta resulta evidente. Simplemente porque una sociedad de sobreviviencia tiene más oportunidades de sobrevivir -claro está- que una sociedad emancipada y libre, la evidencia histórica parece innegable a ojos de Darwin. Tan simple como decir que una sociedad heterosexual-reproductora prevalecerá por sobre una que no haga diferencias en cuanto al género (un ideal, quizás). Simple selección natural.

Una vez re-reflexionado el asunto, he caído en cuenta mis acciones a diario confluyen a perpetuar una especie animal que en realidad poco me importa, el homo sapiens sapiens. Preferiría ver vivir en paz y abundancia a una comunidad humana por sólo 50 años, que fantasear sobre la eternidad de esta maldita -y aún así querida- civilización. Y es que al parecer la teoría de la evolución de las especies también aplica al desarrollo de la cultura, puesto que no sobreviven aquellos hábitos más nobles, sino los más voraces, los más esclavizantes, los más dogmatizados y los más enajenantes. BRÍGIDO. Si alguna vez pensé mejorar mi comportamiento en pos de dejar un legado de paz que valorice mi existencia y la de los demás (si, todos lo demás), he de saber que lo más probable es que mi esfuerzo de desvanezca en rápidos segundos, Darwin lo dice. Por lo menos ahora sé que la lucha en contra de esta mediocre vida se hace sin esperar recibir algo en recompensa. Aunque, secretamente igual espero dejar algo, no ya a la humanidad, pero por lo menos a unos cuantos que aprecio.

Aún así, creo que hay esperanza, pues dentro de todo este caos/orden hay algo que ha prevalecido milenios: el amor. Y es que este sentimiento nos regala pasajes llenos de significado, sin ninguna razón ni palabras, simplemente porque sí, porque se siente bien de una forma amplísima. Es gratis. Es muy importante. Pero ojo, no lo es todo, todavía hay mucho más!!! La verdad es que podemos estar satisfechos sólo con tener amor en nuestras vidas, pero eso no puede inmovilizarnos para buscar una vida más rica, complementada con otros valores que nisiquiera ahora tienen nombre. No podemos renunciar a ser inmensamente felices.

Ojalá alguna vez pueda incrustar todas las cosas que quiero y pienso que me hacen bien en mi diario vivir, pero resulta tan difícil safarse de lo aprendido en el pasado y de esa tormentosa duda permanente... No importa. Vamos que se puede!, y mientras más conciente esté de eso, porque sí se puede, más libre podré ser. Una reflexión tan loca como cuerda, que placer.