miércoles, 27 de agosto de 2008

La Repre en las calles. Depre en la mente.

No, no es que me sienta reprimido. Pero me quieren boicotear, eso esta claro.

En la sala de clases, no se podía jugar... creo que ese fue la primera vez que me di cuenta de que no podía hacer lo que se me ocurriera. Penca. Pero con el transcurso de algunos años, uno rápidamente aprende que autoridades debe acatar y cuales no. El caso del profesor lo terminé por entender, ya que al final la aceptación del conocimiento recibido ha ampliado mis libertades en vez de reducirmelas, haciéndome una persona más atenta de lo que significa SER en sociedad. Osea, deposité (y aún lo hago) mi confianza y atención en los deseos de otras personas, para digirir un conocimiento o experiencia específica. Y debo admitir, que el proceso de selección es muy complicado, debido a que todos los logros son subjetivos.

En la ciudad, es una cosa totalmente diferente. La represión se ve ilustrada en numerosos avisos publicitarios, en los diarios, en la ropa de la gente, en la mirada baja de los transeuntes y de los perros, en las infinitas colas que se arman "civilizadamente", etc... ¿Y qué nos deja la repre urbana? Nada, osea, casi nada, porque si nos ponemos a pensar en las pocas cosas que ganamos mediante la acatación de la represión, lo primero que se me ocurre es el orden. Y poca cosa que vale un orden impuesto, ese que no se puede cambiar, ese que termina transformase en un angustiante comportamiento, vale champiñon, porque nos esclaviza.
Yo sé que en cualquier minuto me puedo ir a vivir al campo, a otro país o donde se me ocurra para salir de esta selva de cemento. Y aunque no fuese así, y decidiera pasarme la vida en esta salvajería, igual podría seguir viviendo feliz en la urbe, riéndome cada vez que pille a alguién con el iPhone, o sintiendo lástima por aquellos gigantescos anuncios publicitarios que no lográn moverme niún pelo.

Pero además, yo sé que mucha gente no tiene ni el espacio, ni el tiempo para pensar en este tipo de abstracciones. Me duele por ellos, porque si estan más vulnerables a ser idiotiados por este orden que nadie parece controlar. Entonces se me aparece denuevo el concepto de lo que significa ser civilizados, y me doy cuenta que poco es lo que hemos logrado desarrollar, aún cuando nos consideramos infinitamente inteligentes y capaces.

Hay veces en las que me cuestiono el por qué de molestrame en hacer este ejercicio mental, tomarme en serio esta preocupación, que no tiene relación directa con mis objetivos personales y cotidianos. Así, termino dándome cuenta que me veo indirectamente reflejado en la idiotez del resto, y es que compartimos tantas cosas que a veces me desligo de mi "maxcentrismo" (por mi nombre), para identificarme con una cultura (una sociedad), por sobre mi abultado individualismo. Es por eso que me importa, y es por eso que me enrabia. Es que, aunque duela admitirlo, sólo soy humano a través de mi relación con lo que ha sido denominado el "HOMBRE" en su conjunto. Es así, como la comprensión de que mi espíritu esta unido al espíritu de todas las cosas me ha otorgado cierta convicción y motivación. Este vínculo, además, se manifiesta en orden jerárquico, empezando por las cosas con las que más me identifico y más me representan hasta llegar a pensar lo más infimo, como el polvo galáctico o una roca.

Finalmente, siento la obligación de continuar este proceso formativo. No sé por qué. A veces pienso que puede estar radicado en busqueda de grandeza u otra cosa enfermiza, y entonces me asusto. Prefiero pensar que se me da naturalmente por tener una mente bastante alejada de parametros rígidos, que divaga mucho, y que humildemente se "autovalora" sólo como una herramienta (yo no soy lo que pienso, sino al revés**). Además, cosa importante, se me repiten a diario muchos espacios de ocio-reflexión que aprovecho placenteramente.

Inevitable ha sido caer en esta humilde interpretación de mi necesidad de liberarnos, todos juntos, de lo implacable que resulta el trade-off capitalista (entre consumo personal vs. bienestar social, que no son lo mismo). ¿Qué se podrá hacer al respecto? Puro voluntariado 24/7, y aprender a apreciar las cosas que compartimos.


**gran frase que se la añadiré a mi repertorio.